para Ángeles.
La veo y veo una flor
recién agitada por un safio viento;
la siento y rozo una suavidad
aterciopelada;
La abrazo y estrujo un palpitar
delicado de hojas vivas;
hierba en crecimiento,
estepa sabia
a la espera y a la vigilia
del movimiento siguiente
a campo abierto;
perenne llama de ternura
que cae y crepita invicta
desde su vergel secreto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario